La termografía en eficiencia energética se refiere al uso de cámaras termográficas o termógrafos para identificar y evaluar los puntos críticos de pérdida de energía en edificios y equipos, con el fin de mejorar su eficiencia energética y reducir los costos de energía.

La termografía se utiliza para detectar las áreas donde hay una fuga de calor en las paredes, techos, ventanas, puertas y otros componentes del edificio, así como también en los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC). Estas áreas son las responsables del aumento en el consumo de energía y pueden ser corregidas mediante la instalación de aislamiento térmico, la reparación de los sellos de las ventanas y puertas, la sustitución de los sistemas de iluminación por tecnología LED, entre otras soluciones.

Además, la termografía se utiliza en la evaluación del rendimiento energético de los equipos, como motores, transformadores, calderas, hornos, y otros componentes. Los equipos que presentan un sobrecalentamiento o un mal funcionamiento pueden ser identificados a través de las imágenes térmicas y corregidos para reducir su consumo de energía y mejorar su eficiencia.